lunes, 28 de octubre de 2013
viernes, 25 de octubre de 2013
miércoles, 23 de octubre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
RAZONES DE SANGRE. Gonzalo Portocarrero. Fondo Editorial PUC
"En mi libro Razones de Sangre he argumentado que existían dos alternativas de respuesta a la insurrección senderista. La primera, que fue la efectivamente tomada, consistió en atacar las “zonas rojas”, tratando de arrinconar a sangre y fuego la presencia senderista en las comunidades campesinas. Estrategia que produciría decenas de miles de muertos y miles de millones de dólares en gastos militares y otros. La segunda era concentrarse en la inteligencia policial a fin de atrapar a Guzmán y su cúpula. Esa estrategia comenzó a hacerse efectiva recién a fines de los años 80. No obstante, gracias a ella, la insurrección senderista recibió el golpe del cual no pudo reponerse: la captura de su jefe supremo, Abimael Guzmán. Si esa estrategia se hubiese puesto en práctica a principios de los 80 no hubiera sido necesaria la represión cruenta y otra hubiera sido la historia del país."
ARGUEDAS. LA DINAMICA DE LOS ENCUENTROS CULTURALES. Tomo III
«Arguedas: la dinámica de los encuentros culturales» presentó más de 160 ponencias de estudiosos de todas partes del mundo, que abordaban la representativa y polifacética obra del autor desde variadas perspectivas académicas. Dichas jornadas arguedianas se reflejan en tres tomos —editados por Cecilia Esparza, Miguel Giusti, Gabriela Núñez, Carmen María Pinilla, Gonzalo Portocarrero, Cecilia Rivera, Eileen Rizo-Patrón y Carla Sagástegui—, en los que se recogen los trabajos desarrollados por los especialistas de todo el mundo que participaron en el congreso multidisciplinario.
LA MINA Y OTROS RELATOS. Víctor Villanueva. Elefante azul
La prosa del escritor Víctor Villanueva es recogida en una obra póstuma. La Mina y otros relatos es una recopilación dehistorias y vivencias del autor durante su trabajo en el sur andino como Mayor del Ejército Peruano. La obra se divide en dos secciones; la primera, bajo el nombre de “Cuentos”, denuncia la injusticia, la corrupción y el abuso cometido por las autoridades. La segunda parte contiene cinco narraciones de carácter testimonial, producto de los años de encierro de Villanueva en el Panóptico y posteriormente en el exilio, tras asumir un compromiso de lucha contra la explotación y discriminación en el Perú.
Los relatos son inéditos y fueron seleccionados por sus hijas, Victoria y Alicia Villanueva, con la asesoría de Liisa North, politicóloga residente en Canadá.
LA DESIGUALDAD ECONOMICA Y POLITICA (Aproximaciones conceptuales). Sinesio López Jiménez. Fondo Editorial PUC
"El libro está revelando el mundo en la actualidad, sobretodo la posición política en occidente. Lo central es la ciudadanía y su relación muy tensa con la desigualdad. “La ciudadanía normativa nos hace a todos iguales, el problema es la ciudadanía efectiva que es desigual. En pocas palabras la ciudadanía social está por los suelos”, comentó López.
Las políticas sociales, la justicia, el crecimiento económico no llegan igual para todos. Sinesio López se refirió a un estudio de la ONU acerca del Ingreso Familiar Per Cápita en donde concluyó que donde hay menos estado, hay menos desarrollo (niveles económicos adquisitivos).
“La economía bien, lo social pésimo”, señaló refiriéndose a nuestro estado. También citó otro ejemplo donde en el Perú los ricos pagan el 0.09% del PBI (Producto Bruto Interno), en Europa pagan el 10% del mismo."
lunes, 21 de octubre de 2013
PROFETAS DEL ODIO. Gonzalo Portocarrero. Fondo Editorial PUC
Gonzalo Portocarrero: La mejor vacuna contra los dementes jóvenes del Movadef es la 'memoria'
Martes, 03 de julio de 2012 | 9:10 am
Sociólogo de la Universiadad Católica pasó un mal momento en la presentación de sus libro "Profetas del odio", sobre la violencia de Sendero Luminoso. Iracundos jóvenes del Movadef, liderados por el abogado del terrorista Abimael Guzmán, aparecieron en la sala y gritaron vivas contra el autor y a favor de su líder, hoy preso en la Base Naval.
"A la luz de este incidente me siento orgulloso de haber escrito este libro pues muestra, en forma contundente, la responsabilidad de Guzmán en el baño de sangre que sufrió nuestro país", sostiene Gonzalo Portocarrero.
En sociólogo, autor del libro, Profetas del Odio, vio interrumpida la presentación de su libro en el centro cultural de la Pucp, por un nutrido número fanáticos del terrorista Abimael Guzmán, quienes, liderados por Alfredo Crespo, lo ofendieron y lanzaron vivas por la liberación del mayor asesino en la historia del país.
En su blog, Portocarrero comenta algo más sobre la presentación lamentable de estos militantes del Movadef, movimiento fachada de Sendero Luminoso, según varios entendidos y autoridades del país:
"La única vacuna contra la demencia de estos jóvenes es la memoria. Y precisamente de eso trata mi libro “Profetas del Odio”; un intento de reconstruir como alguien desde una cómoda clandestinidad pudo mandar a matar y a morir con tanta sangre fría, sin la menor piedad, y cómo hubo jóvenes dispuestos a inmolarse o a protagonizar un carnaval de sangre y de crueldad contra el pueblo que pretendían representar", sostiene para luego concluir con:
"La figura de Guzmán es tanto más repudiable por cuanto nunca estuvo dispuesto a arriesgar su propia vida por las ideas que defendía. Estuvo muy por debajo del endiosamiento que en torno a su persona propiciaba. Endiosamiento que continúa hasta nuestros días como ingrediente de un fanatismo político totalmente desfasado".
miércoles, 16 de octubre de 2013
POEMAS COMPLETOS. César Calvo. Universidad de Ciencias y Humanidades
LAS ARENGAS OCULTAS EN LOS POEMAS DE CÉSAR CALVO
César Calvo bordeaba los cincuenta años cuando ingresó al Taller de Poesía de
Sería la nostalgia o la felicidad que genera el retorno, que decidió confesarle a Pérez y a Alejandro Tamashiro, quien estaba presente en aquel improvisado momento de recuerdos, las arengas ocultas en un grupo de poemas dedicados a un hombre que conoció en la selva y cuya historia prometió jamás reseñar.
Se llamaba Volcek Kalsaretz, se enteró de su muerte a través de los periódicos y decidió que rompería la promesa. Fue un suicidio, reseñaba la prensa. El hombre que se mató por sus recuerdos del Holocausto. Un veinteañero Calvo incluyó en los poemas dedicados al amigo suicida un discreto homenaje a Javier Heraud, Luis de la Puente y Edgardo Tello y a todos los que, como él, conformaron el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Un año más tarde, con “El cetro de los jóvenes”, Calvo los recordaría por escrito, explícitamente.
Ocho poemas componían “El último poema de Volcek Kalsaretz”, publicado en 1965, cuando la violenta muerte de Javier Heraud aún parecía reciente, una historia mal contada donde el protagonista es de los héroes que nunca mueren, porque muchas vidas están ligadas a él, y reconocer su fin es sabernos algo extintos.
En el poema “Palabras para un ciego”, si leemos la primera letra de cada línea hallaremos la famosa arenga “Patria o muerte, venceremos”, en el poema “Viejo tiempo nacido bajo el cielo”, empleando la misma técnica, leeremos la arenga “vivan las guerrillas victoriosas”, en “A la orilla del Drawa, alguna vez”, podemos distinguir “Ejército de Liberación Nacional”, del cual, en aquel tiempo, el vate era miembro.
Su vida se vio marcada por muertes jóvenes que eternizaron su tristeza y anclaron su vida a los recuerdos veinteañeros, cuando siendo un muchacho ingresó -con terno y camisa- a un aula sanmarquina y descubrió que sí se podía vivir en verso. Pero cuánto dolía.
MILAGROS OLIVERA
lunes, 14 de octubre de 2013
LA FILOSOFIA, cómo repensar y replantear la tradición. David Sobrevilla. Fondo Editorial Universidad Ricardo Palma
Homenaje a David Sobrevilla
Introducción
No deja de ser significativo que un libro de homenaje a un filósofo se abra con poesías. En el breve poema “Synopsis” -un título que remite a una disposición tal de elementos diversos que al mirarlos se puedan descubrir sus relaciones mutuas-, Javier Sologuren, probablemente sin pretenderlo conscientemente, nos pone ante los ojos las tres maneras de darse del ser, lo sagrado, lo natural y lo humano, es decir el tema por excelencia de la filosofía. El poeta se atreve incluso a mostrar los signos de lo sagrado (el cielo y los dioses) y de lo natural (la tierra y sus productos), pero para lo humano no tiene sino la pregunta: “dónde / dónde / los hombres”. El hombre habita junto a esos signos, pero él mismo no es signo sino pregunta, lugar de iluminación de sí mismo, de lo natural y de lo sagrado.
Por su parte, Carlos Germán Belli, en “La edad gastada”, poema igualmente incluido en este homenaje, se ocupa de recordarnos que ese ser, que es pregunta e iluminación, sabe que tiene historia; se lo dicen sus arrugas y sus canas “al mirarse él en el fiel espejo”. Pero “…el mundo tiene la fortuna / de nunca poder ver / en el espejear de los quietos lagos/ cada mañana al empezar el día / ni un signo de su edad inescrutable.”/. Como lo sagrado, lo mundano es ciego para sí mismo. Tiene historia como suceder, dado que cada mañana empieza el día, pero no lo sabe. Solo la mirada del hombre puede convertir ese suceder en historicidad.
En apenas unas líneas, la poesía ha conseguido llevarnos al centro mismo del filosofar, convocándonos a pensar lo que más merece que pensemos, que somos iluminación e historia. Considero un acierto haber comenzado esta serie de textos en homenaje a David Sobrevilla con poemas –dedicados a él y China- que recuerdan la relación que hay entre creación artística, especialmente poesía, y filosofía, una relación que David ha trabajado con especial esmero. Hasta me atrevería a decir que el encuentro fecundo de eso que apunta en los poemas mencionados, historicidad e iluminación, constituye el vector principal del trabajo filosófico de Sobrevilla.
Descripción del libro
Después de los poemas mencionados, los editores –el peruano Miguel Ángel Rodríguez Rea y el chileno Nelson Osorio, cuya labor es preciso resaltar- agrupan las contribuciones por temas genéricos: 13 artículos de filosofía, ética, y estética, crítica cultural y crítica de arte, en primer lugar; vienen después 4 trabajos de derecho, filosofía del derecho y política; siguen luego 5 textos de historia e historia de las ideas en América Latina; para terminar con 3 estudios sobre la obra de David Sobrevilla, una exhaustiva reseña bibliográfica de la producción de nuestro autor y dos presentaciones en homenajes anteriores de estudiantes de filosofía y de la Escuela de Filosofía de San Marcos.
Ya la participación de un total de 29 autores habla por sí misma tanto de la amplitud de las relaciones profesionales y amicales de David Sobrevilla cuanto del reconocimiento y el afecto de quienes tenemos la suerte de tenerle como colega y amigo. Hay que ponderar, además, que entre los participantes en este homenaje hay, por cierto, peruanos, pero abundan también los extranjeros, procedentes de países como Argentina, Colombia, Chile, México, Venezuela, Canadá, Alemania, España, Inglaterra e Italia. El grueso de los colaboradores está compuesto por filósofos, pero no faltan historiadores, juristas, lingüistas y críticos de literatura.
De entre los establecimientos académicos que participan en este reconocimiento a Sobrevilla destaca, en primer lugar, la Universidad Ricardo Palma, institución que Iván Rodríguez Chávez y el equipo que la conduce han conseguido posicionar protagónicamente en el quehacer intelectual peruano al acoger a eminentes intelectuales como Francisco Miró-Quesada, Estuardo Núñez, José Matos Mar, Aníbal Quijano y el propio Sobrevilla, y al dar a luz textos como el que hoy presentamos, sin olvidar, por cierto, la reciente publicación de Perú: Estado desbordado y sociedad nacional emergente de Matos y la colección en 10 volúmenes de escritos de Francisco Miró-Quesada Cantuarias. Los colaboradores en el homenaje proceden, en primer lugar de la Universidad de San Marcos, como no podía ser de otra manera, pero proceden también de otras universidades peruanas, como la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad de San Agustín de Arequipa, la Universidad San Antonio Abad del Cusco, la Universidad Nacional de Ingeniería, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y la Universidad Científica del Sur, y de universidades extranjeras emplazadas en Montreal, Barcelona, Berlín, Liverpool, Siena, Carabobo, Bogotá, México, Buenos Aires y Santiago de Chile, y de otras instituciones académicas como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España y del Instituto de Estudios Budistas de Buenos Aires.
De los asuntos tratados en el libro no es posible ocuparse, por su gran variedad. Baste decir que algunos colaboradores se comentan a autores como Mill, Wittgenstein, Gadamer, Kant, Bergman, Tomás de San Martín, Jorge Millas, Mariátegui, Giuseppe Rensi y el propio Sobrevilla, mientras que otros abordan más bien temas o aspectos de de temas históricos, filosóficos, jurídicos, literarios, etc. como –y doy solo ejemplos- empirismo, existencialismo, budismo, interculturalidad, contractualismo, dignidad humana, identidad, arte pictórico, presidencialismo, democracia, insurrecciones indígenas del XVIII, etc.
Algunos comentarios
Mi primer comentario es sobre el título del libro, “La filosofía como repensar y replantear la tradición”. Este título sugiere que el pensar y replantar la tradición filosófica es una manera de hacer filosofía, que se distingue, por cierto, de la mera “historia de la filosofía” o reconstrucción de lo que otros pensaron, actividad esta última necesaria y hasta imprescindible, pero que es más historiográfica que filosófica porque se limita, cuando es solo crónica, a registrar ordenadamente lo pensado dejándolo en la definitividad de su haber sido. Sin embargo, el repensar y replantear lo ya pensado nos sitúa en el ámbito del diálogo que el quehacer filosófico establece con el pasado de nuestro propio presente, trayendo ese pasado a la presencia, con lo cual, en primero lugar, se provee de dignidad a nuestros antepasados al considerarlos portadores de mensajes que nos convocan aún al pensamiento y, en segundo lugar, se da densidad histórica a nuestro pensar el presente. Y, así, esta manera de hacer filosofía nos lleva a asumirnos como miembros de una determinada comunidad de pensamiento que se nutre de su propia experiencia histórica y, concretamente, del modo como ha procesado filosóficamente esa experiencia. Importante a este respecto es que ese repensar lo ya pensado, por un lado, acierte a dar con las preguntas de las que lo ya pensado es la respuesta y, por otro, explore los ámbitos de lo todavía no pensado. Hasta me atrevería a decir, al hilo de las reflexiones del propio Sobrevilla, que la filosofía “anatópica” es, en el fondo, respuesta sin pregunta propia, mientras que la filosofía “situada”, la que Sobrevilla practica, es la búsqueda afanosa de respuestas a preguntas que nos vienen del horizonte que nos provee de sentido.
Curiosamente, y es mi segundo comentario, quienes se ocupan directamente de la obra de David Sobrevilla, los últimos seis textos del libro, subrayan que lo más relevante del trabajo intelectual de David es precisamente haber contribuido como pocos a repensar y replantear nuestra tradición filosófica.
Horacio Cerutti Guldberg, recogiendo afirmaciones anteriores de María Luisa Rivara de Tuesta y ateniéndose a los escritos del propio Sobrevilla, dice de este que “ha mantenido su esfuerzo incansable hacia la consolidación de un filosofar peruano profesional, disciplinado, pertinente, académico, bien fundado, responsable.” (p. 408). Con estas valoraciones sobre el trabajo de Sobrevilla, Cerutti está sugiriendo que la actividad estrictamente académica del maestro sanmarquino se da en coherencia con un compromiso moral que tiene que ver, primero y principalmente, con la devoción por la verdad y la búsqueda de ella procesando teóricamente, con rigurosidad metódica y en perspectiva universalizable, nuestras propias condiciones de existencia y nuestra experiencia histórica.
Octavio Obando, por su parte, considera que la tarea que Sobrevilla se propuso, siguiendo la impronta de Augusto Salazar Bondy pero reformulándola, consistió en apropiarse del pensamiento filosófico occidental, someterlo a crítico y reconstruir y replantear los problemas filosóficos “considerando los más altos estándares del saber y, al mismo tiempo, la peculiaridad de la realidad peruana y latinoamericana y a partir de sus necesidades concretas.” (p. 423)
Rubén Quiroz –quien, en algún aspecto, el de promotor incansable de actividades filosóficas, me hace recordar al Sobrevilla de los años mozos- confiesa que aprendió de su profesor el cultivo de “la virtud de la reflexión” (p. 437) y pondera su coraje civil y su compromiso con la verdad y la ética, manifiestos en la renuncia a la docencia en San Marcos con motivo de la intervención de la universidad por “la nefasta dictadura de Alberto Fujimori.” (p. 437). Quiroz señala, además, como aporte fundamental de Sobrevilla el haber contribuido, con sus trabajos sobre la historia de la filosofía en el Perú, a reposicionar la filosofía peruana en el circuito académico latinoamericano, fortaleciendo una tradición que Francisco Miró-Quesada, Augusto Salazar Bondy y María Rivara de Tuesta habían también cultivado con esmero.
Finalmente, Zenón Depaz subraya del trabajo de David Sobrevilla el énfasis puesto “en el valor de la tradición como constituyente decisivo de las comunidades de vida, de sus posibilidades de renovación y su continuidad histórica.” (p. 469). Se trata, por cierto, de una tradición viviente, cultural e intelectualmente múltiple, que Sobrevilla se encarga de “repensar” en varias de sus dimensiones: filosófica, en primer lugar, pero también estética, artística, literaria y jurídica. Como los anteriores comentaristas sanmarquinos, Depaz pone de relieve la condición de maestro de Sobrevilla, dando cuenta de su trabajo de acompañamiento y guía a los alumnos, y añade su apertura a la interculturalidad y a la heterogeneidad. Y, coincidiendo con Cerutti y con todos los que conocemos la obra de David, Zenón Depaz reafirma el carácter rigurosamente académico del trabajo de Sobrevilla.
Amigo David, como puedes ver, el libro que hoy presentamos es un testimonio claro de que tus alumnos te siguen, te estiman, te quieren, y de que tus colegas gozamos de tu amistad y nos enriquecemos con tu sabiduría.
TOMAS G. ESCAJADILLO. Aportes a la crítica y a los estudios literarios. Universidad Nacional Mayor de San Marcos / Facultad de Letras y Ciencias Humanas
"Han sido publicadas en libro las actas del Coloquio Internacional de Crítica Literaria Tomás G. Escajadillo que se realizó el 8, 9 y 10 de julio de 2009 en honor al crítico literario. El evento se desarrolló en el Salón General del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos La Casona, organizado por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de esta universidad.
Diversos intelectuales peruanos participan así de un volumen que supera las 700 páginas. En ellos también se recoge una ponencia del mismo Tomás G. Escajadillo, quien expuso López Albújar: ¿narrador o juez?. Aquí, Escajadillo reluce su sapiencia con el análisis de los Cuentos andinos de Enrique López Albújar.
Aquí Escajadillo escribe:
Negamos, pues que López Albújar haya escrito en un sillón de juez (como dice Bryce que escribe en su sillón Voltaire).
Quizás sea Luis Alberto Sánchez quien primero difundió esa imagen del juez-escritor y la repite para las posteriores generaciones de críticos literarios. Leamos lo que escribió en su conocida La literatura peruana. Derrotero para una historia cultural del Perú, (1965).
Con un estilo directo, apenas dorado de literatura, López Albújar presenta casos humanos tal como desfilan ante su gabinete de juez Pero, en el fondo era un libro amargo, más sociológico que literario, uan sucesión de casos tristes, anormales algunos, todos en los linderos de la penalidad (t. IV 1216-1217).
Pasemos a críticos menos importantes.
En la presentación del número de Homenaje de la Revista Peruana de Cultura (1970), dedicado a José María Arguedas, José Miguel Oviedo califica al indio creado por López Albújar de monstruo patético, robot de sus instintos atávicos (5).
Asimismo, Mario Vargas Llosa, en un estudio dedicado a Arguedas con el título de: José María Arguedas descubre al indio auténtico (1964) afirma:
Casi al mismo tiempo, aparecieron los Cuentos andinos de Enrique López Albújar: un impresionante catálogo de depravaciones sexuales y furores homicidas del indio, al que López Albújar, funcionario del Poder Judicial en distintos lugares del Perú, sólo parece haber visto en el banquillo de los acusados.
Puede haber violencia y la hay, pero ¿qué es eso de catálogo de depravaciones sexuales? No hay ni siquiera un indiecito que le agarra de la manito a una compañera. ¿Dónde están las depravaciones sexuales? No hay vida sexual, en absoluto, en los Cuentos andinos, pero Mario Vargas Llosa quiere que escuchemos cómo Así habla Zaratustra, o sea una especie de juez de la razón.
Creo que la presentación más lúcida de Cuentos andinos es la que hace Ciro Alegría en el volumen de Memorias de López Albújar (1963), cuando éste estaba vivo y no permitía que su viuda haga lo que quiera con su obra, como otras viudas, y publique con el nombre del escritor cosas que nunca hubiera publicado. Por algo lo hizo. Y pienso en voz alta, como el caso de Ciro Alegría que publicó cuatro libros en vida, pero su esposa Dora Varona ya va por el libro diecinueve y encabeza los títulos con el Libro de la Colección Ciro Alegría."
Diversos intelectuales peruanos participan así de un volumen que supera las 700 páginas. En ellos también se recoge una ponencia del mismo Tomás G. Escajadillo, quien expuso López Albújar: ¿narrador o juez?. Aquí, Escajadillo reluce su sapiencia con el análisis de los Cuentos andinos de Enrique López Albújar.
Aquí Escajadillo escribe:
Negamos, pues que López Albújar haya escrito en un sillón de juez (como dice Bryce que escribe en su sillón Voltaire).
Quizás sea Luis Alberto Sánchez quien primero difundió esa imagen del juez-escritor y la repite para las posteriores generaciones de críticos literarios. Leamos lo que escribió en su conocida La literatura peruana. Derrotero para una historia cultural del Perú, (1965).
Con un estilo directo, apenas dorado de literatura, López Albújar presenta casos humanos tal como desfilan ante su gabinete de juez Pero, en el fondo era un libro amargo, más sociológico que literario, uan sucesión de casos tristes, anormales algunos, todos en los linderos de la penalidad (t. IV 1216-1217).
Pasemos a críticos menos importantes.
En la presentación del número de Homenaje de la Revista Peruana de Cultura (1970), dedicado a José María Arguedas, José Miguel Oviedo califica al indio creado por López Albújar de monstruo patético, robot de sus instintos atávicos (5).
Asimismo, Mario Vargas Llosa, en un estudio dedicado a Arguedas con el título de: José María Arguedas descubre al indio auténtico (1964) afirma:
Casi al mismo tiempo, aparecieron los Cuentos andinos de Enrique López Albújar: un impresionante catálogo de depravaciones sexuales y furores homicidas del indio, al que López Albújar, funcionario del Poder Judicial en distintos lugares del Perú, sólo parece haber visto en el banquillo de los acusados.
Puede haber violencia y la hay, pero ¿qué es eso de catálogo de depravaciones sexuales? No hay ni siquiera un indiecito que le agarra de la manito a una compañera. ¿Dónde están las depravaciones sexuales? No hay vida sexual, en absoluto, en los Cuentos andinos, pero Mario Vargas Llosa quiere que escuchemos cómo Así habla Zaratustra, o sea una especie de juez de la razón.
Creo que la presentación más lúcida de Cuentos andinos es la que hace Ciro Alegría en el volumen de Memorias de López Albújar (1963), cuando éste estaba vivo y no permitía que su viuda haga lo que quiera con su obra, como otras viudas, y publique con el nombre del escritor cosas que nunca hubiera publicado. Por algo lo hizo. Y pienso en voz alta, como el caso de Ciro Alegría que publicó cuatro libros en vida, pero su esposa Dora Varona ya va por el libro diecinueve y encabeza los títulos con el Libro de la Colección Ciro Alegría."
miércoles, 9 de octubre de 2013
JUEGOS SECRETOS, Jorge Valenzuela. Escombros Casa Editora
Hildebrando Pérez Grande
Si alguien a la fecha abriga ciertas dudas sobre las habilidades narrativas de Jorge Valenzuela (Lima, 1962), pues que empiece a desecharlas ya que el libro que acaba de publicar, Juegos secretos (Editorial Escombros), es una prueba irrefutable no solo de sus bondades narrativas sino también de sus sabios manejos para encandilar a los lectores con sus historias.
El libro consta de seis cuentos, seis historias fascinantes que tienen como protagonistas a quienes de inmediato es posible reconocer como parientes cercanos o, en más de un relato, en el pálido espejo de uno mismo, por qué no. Historias en las que los protagonistas personifican, sin piedad alguna, la desolación más honda y la tristeza, quién sabe si a pesar suyo, como también historias que muestran, con cierto inocultable cinismo, el rostro de la derrota, la humillación, el abandono, la orfandad, el desencanto y la desesperanza de vidas oscuras, de pequeñas aventuras humanas mediocres y mezquinas, es decir, el retrato implacable de los perdedores de siempre.
En principio, parecieran no ser historias edificantes las que narra Valenzuela,experiencias humanas nada gratificantes, pues hay muertos insepultos, heridos que no pueden restañar sus heridas, traiciones, malpagos, envidias y vanidades que producen vergüenza ajena (esos son, en verdad, los personajes que pueblan sus páginas, que discurren con un realismo impecable). Sin embargo, los lectores rápidamente se enganchan con sus infortunios y adversidades, con sus extraviadas conductas sociales, y comparten sus desencantos y desamores por nuestra ciudad y nuestros ritos sociales quizá porque, como lectores, reconocemos que la infelicidad no tiene fronteras y nos puede tocar a todos. La escenografía cambia, pero la desgracia no, para decirlo como Juan Carlos Onetti, cuya sombra benefactora adivinamos en las páginas del libro.
Sus protagonistas, pues, se debaten en un aquí y ahora sin horizontes abiertos. Lo que tienen al frente, más bien, son panoramas asfixiantes, tensos, agobiantes, oscuros. Ellos y ellas así lo padecen en Lima, en Madrid, en Los Ángeles, en Tokio, ciudades que sirven de escenario para sus historias. Pareciera decirnos el narrador que aun cuando emigremos hacia otras realidades no dejaremos nunca de portar nuestro sello de agua, nuestro estigma, que, por ejemplo, evidencian patéticamente Sakai (uno de los personajes mejor construidos del libro) o Tomás Suki, peruanos japoneses que intentan, de alguna forma, liberarse de su peruanidad.
HISTORIAS PARA REUNIR A LOS HOMBRES. Antonio Gálvez Ronceros. Editorial Extramuros
"Antonio Gálvez Ronceros (1932), profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es natural de Chincha, pueblo de ambiente rural del Sur Chico de la costa peruana. Con sus libros de cuentos, Los ermitaños y Monólogo desde las Tinieblas, Gálvez Ronceros "ha hecho aportes definitivos al cuento peruano, ha cimentado una tradición popular y ha abierto territorios narrativos que son ahora explorados por escritores de generaciones posteriores". Ellos permitieron constatar "que Gálvez Ronceros no sólo es un buen narrador de historias cortas, sino que, después de Ribeyro, es el más notable cuentista de la Generación del 50", como afirma Miguel Gutiérrez, en su libro Generación del 50: Un mundo dividido (Pág. 139).Si bien su veta más conocida recrea el universo afro-peruano del Sur chico, en Historia para reunir hombres y luego en Cuadernos de agravios y lamentaciones se produce un cambio. El escenario es la ciudad y el lenguaje es es otro. En la novela que está preparando, los hechos se desarrollan también en la ciudad. Lo que se mantiene constante en sus obras es su hábil manejo del lenguaje, su dosis de fantasía y humor... En 1974 obtuvo los premios primero y segundo de cuento en el concurso José María Arguedas organizado por la Asociación Universitaria Nisei del Perú; y en 1982, el primer premio de cuento y el segundo de periodismo en certámenes organizados por la Municipalidad de Lima.
Historias para reunir a los hombres. Lima: Extramuros, 1988. Libro en pro de ese vasto sector doliente de la sociedad y en contra de quienes se empeñan, con diligencia vil o con indiferencia, en mantener ese gran dolor. La necesidad del cambio de modelo se desprende inevitablemente de los relatos, con una dirección ideológica muy específica que lleva la denuncia hacia una toma de posición."
SUBJETIVIDADES AMENAZADAS. Carlos Yushimito del Valle
DOMNACION Y LIBERACION. Augusto Salazar Bondy. Fondo Editorial de la Facultad de Letras-UNMSM
"Augusto Salazar dejó inconclusa su Antropología de la dominación (Cf. Dominación y liberación. Escritos, pp. 281-322), pues representa uno de los aportes más originales en la reflexión filosófica latinoamericana. Tiene sus precedentes en sus ensayos sobre cultura de la dominación.
Mediante la construcción histórica, Salazar presenta una explicación racional de los orígenes de la carencia de autenticidad y originalidad que caracterizan nuestro proceso cultural. Al escribir Bartolomé o de la dominación, muestra sus ideas sobre el impacto de la dominación colonial española en nuestra América, situación de conflicto que ha conducido a los dominados a perder identidad y trascendencia, se les ha impuesto una cultura fracturada y se le ha dado modelos de existencia que no corresponden a los intereses propios. Esto implica pérdida de la distinción que nos permite ser «nosotros» en oposición a «aquellos», sus efectos inmediatos son la alienación y enajenación por consiguiente una condición de permanente desconcientización; pues ambos representan una condición de dominación. Si la inautenticidad es conceptuada como un «autoengaño colectivo», se apuesta a la construcción del sujeto bajo condiciones educativas «no propias», conduce inevitablemente a la frustración histórica del sujeto como ente consciente."
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