SUBJETIVIDADES AMENAZADAS. Carlos Yushimito del Valle
"Como Don Rigoberto en Elogio de la Madrastra (1988) (14), los personajes que surgen en esta época se regodean en el escepticismo que sienten hacia los ideales colectivos, y su “cómodo cinismo” (Nugent, 1991) los empuja a gozar de un bienestar individual, muchas veces a través de lo que Vargas Llosa describió como un “hedonismo triste” al referirse al espíritu decadentista que sobrevuela los relatos de Niño de Guzmán (1955) enCaballos de medianoche (1984). Individuos echados al desgobierno de sus pasiones e instintos, drogas, alcohol y soledad nocturna proliferan; son sustitutos de proyectos de largo plazo vinculados a una institucionalidad sólida (valores y costumbres tradicionales) ahora fracturada de gravedad. La felicidad para estos autores se inspira en el goce inmediato y en la satisfacción a corto plazo, y coexiste en una inevitable sensación de urgencia e incertidumbre que los gobierna. Es sumamente sintomático, en tal sentido, el título de la ópera prima de Jorge Valenzuela, Horas contadas (1988), en la que además las relaciones humanas (afectivas y paternales) se ven afectadas al máximo por un apremio más nihilista y desestructurador."
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