lunes, 6 de mayo de 2013

CESAR MORO Y EL SURREALISMO EN AMERICA LATINA. Yolanda Westhpalen (compiladora). Universidad Nacional Mayor de San Marcos / Centro Cultural de España



"Cuando uno piensa en la relación del surrealismo con América latina, varias referencias vienen a la mente: el viaje de Breton a México, el peregrinaje de Artaud a la sierra Taraumaura, la aventura chilena de La mandrágora, la amistad entre Paz y Breton después de la guerra, y César Moro. Y es que resulta difícil pensar en el surrealismo latinoamericano sin recordar a este poeta que siempre se sintió extraño en su Perú natal. Moro es el más claro ejemplo de que en muchas ocasiones la patria se encuentra muy lejos de ese lugar donde el destino nos hizo nacer.
Los nueve años que Moro vivió en París, de 1925 a 1934, marcaron profundamente su vida. Moro sale de Lima hacia Europa a los veintidós años con el deseo de exponer su obra plástica. En 1929, conoce a Breton y participa en las reuniones de los surrealistas. Es la época del Segundo Manifiesto Surrealista, del acercamiento de Breton con el Partido Comunista y por consecuencia de la mezcla del activismo político con los experimentos de la escritura automática. Para Moro este encuentro fue fundamental porque le permitió desarrollar su veta poética y adoptar la lengua francesa como vía de expresión de su poesía. Moro participó activamente en el grupo surrealista antes de la guerra, como Paz lo hizo después. Mientras vivió en Paris, publicó "Renommée de l'amour" en la edición 5-6 de la revista Le Surréalisme au service de la Révolution. También participó en el libro Violette Nozières, en 1933, poco antes de su regreso a Lima. Este homenaje colectivo a la joven parricida era una plaquette que contenía poemas de Breton, de Char, de Éluard, de Moro y Péret entre otros; además de ilustraciones de Dalí, Tanguy, Giacometti y Magritte."

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