Introducción: Notas sobre la historiografía en la Universidad San Marcos después de la Nueva Historia (fragmento)
En las últimas décadas, salvo contadas excepciones, los balances historiográficos sobre el Perú son básicamente recuentos del trabajo de un reducido grupo de historiadores extranjeros y limeños. La historiografía producida en las universidades nacionales de Lima y más aún de provincias es raramente mencionada . El limitado apoyo económico e institucional dado a la investigación en estas instituciones, que no permite obtener fondos suficientes o integrarse a redes de investigación nacionales o extranjeras, parece ser la explicación más razonable de la baja producción académica y de la escasa difusión de lo realizado. Hay también otro hecho, no menos importante, que tiene que ver con que un sector de la academia peruana y, sobre todo, extranjera peca de autorreferencial. Esto ha llevado a que en un balance, escrito en inglés en 2004, se afirme que en las universidades nacionales se enseña una “historia dogmática” . Una breve incursión por una parte de la producción historiográfica en la Universidad San Marcos de los últimos años me permitirá mostrar un panorama más complejo .
A fines de la década de 1970, Pablo Macera afirmaba que la reciente historiografía de entonces, cuyos miembros representaban a nuevos sectores sociales limeños y provincianos, dejó la hegemonía de San Marcos para desarrollarse en otras universidades e instituciones de investigación. Las expectativas sociales y profesionales del historiador habían cambiado. Macera, a manera de confesión, había dicho que en un momento de su carrera pensó dirigir sus esfuerzos a aquello que él denominó “procerismo”: ocupar altos cargos académicos en la universidad y de ahí obtener un puesto ministerial o diplomático, un hecho común en su generación. Para la nueva promoción de historiadores de universidades públicas, en cambio, tales expectativas estaban alejadas de su realidad social. Los problemas políticos y sociales del Perú de entonces además les exigían nuevas tareas. Así, se pasó de un ambiente académico dominado por las tertulias del maestro Raúl Porras Barrenechea, y después las de Macera, a otro caracterizado por instituciones de investigación (Seminario de Historia Rural Andina, Instituto de Estudios Peruanos, Instituto de Apoyo Agrario, etc.) con claras proyecciones sociales y políticas de izquierda. (Continúa…)
Sobre los autores
Dino León Fernández es historiador por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Magíster en Ciencias de la Religión. Actualmente es egresado del Programa Doctoral de la especialidad de Historia de la misma Casa de Estudios. Ha publicado recientemente el libro:Evangelización y control social en la doctrina de Canta. Siglos XVI y XVII (Lima: UNMSM).
Álex Loayza Pérez es Magíster en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Realizó estudios de doctorado en El Colegio de México y es autor de varios artículos de investigación sobre educación e ideas políticas.
Marcos Garfias Dávila es historiador formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos e investigador del Instituto de Estudios Peruanos. Ha publicado recientemente: La formación de la Universidad moderna en el Perú. San Marcos, 1850-1919 (Lima: Asamblea Nacional de Rectores, 2011).
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