martes, 31 de mayo de 2016
viernes, 20 de mayo de 2016
lunes, 16 de mayo de 2016
sábado, 14 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
VALLEJO. El acto y la palabra. William Rowe y Gustavo Gutiérrez. Fondo Editorial del Congreso del Perú
16/04/10: “César Vallejo, el acto y la palabra” por William Rowe
(El peruanista William Rowe ofreció la conferencia “César Vallejo, el acto y la palabra” el jueves 15 de abril a las 6:30 pm. (hemiciclo Porras Barrenechea del Congreso de la República). La presencia de Rowe obedeció a la conmemoración, en la fecha, del 72 aniversario de la muerte del poeta peruano)
Rowe dedicó su exposición a la memoria de Pablo Guevara, poeta recientemente desaparecido el cual, junto con Washington Delgado y Javier Sologuren (entre otros escritores peruanos), supieron acompañar desde un inicio el peruanismo militante de este importante autor inglés.
A grandes rasgos, Rowe ventiló toda la poesía vallejiana; es decir, la secuencia o encadenamiento entre Los heraldos negros (HN), Trilce (T) y los poemas póstumos (PP). Para lo cual, acaso de modo paradójico, trató estos textos como si fueran una narración; y, de esta forma, se interesó en el sujeto que enuncia estos relatos. Puntualizó que si bien es cierto el esquema Santiago de Chuco (terruño, hogar, infancia)/ Lima, París (lo ajeno, el exilio, la adultez) fue una constante en toda la obra del peruano; no lo fue así su tratamiento narrativo (espacio-tiempo) en cada uno de los hitos ya mencionados.
De esta manera, a la nostalgia predominante en HN –semejante a la de Abraham Valdelomar– sucede el tiempo cubista o “granular” típico de Trilce. Es decir, acorde a la sintaxis fracturada de este último poemario, ya no identificamos linealmente el espacio-tiempo de este relato y, por ende, anda también como fragmentada o en distintos planos la arcadia del sujeto (Santiago de Chuco). Rowe menciona la idea de tiempo “mesiánico” de Walter Benjamín –algo que en rigor no es propio del tiempo lineal– como un concepto productivo para leer este poemario de 1922.
Hasta aquí, HN y Trilce –ambos– representarían la instancia de la “palabra” y, más bien, los PP ilustrarían lo que Rowe en el título de su conferencia denomina “acto”. Apoyándose en el poema “no vive ya nadie” (“Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continúa en la casa, es el sujeto del acto”), de esta época, el estudioso inglés postula que aquí se recupera el tiempo de la infancia, pero ya no como nostalgia. Lo fantasmagórico o gótico se vuelve aquí material; no es ya el recuerdo, sino las personas mismas las que quedan. El sujeto del “acto”, además, no sería el de la identidad personal, sino de una compartida por todos los humanos. Tiempo-espacio, por último, mesiánico o abierto a la resurrección.
Por nuestra parte, a modo de añadido final a esta sucinta reseña, consideramos que este vallejiano inglés es uno de los más inspiradores del presente y justo merecedor, junto a otras posibles distinciones, de la medalla que ayer le otorgó el Congreso del Perú. Entre sus ensayos dedicados a Vallejo tenemos particularmente uno que nos ronda como un moscardón –el paralelo Vallejo/ William Carlos Williams– sobre el cual, más bien temprano que tarde, quisiéramos ahondar.
Concluida la conferencia se abrió el diálogo con los asistentes; hubieron interesantes preguntas, entre otras: cómo enseñar a Vallejo en la escuela primaria; la relación de Vallejo con la nostalgia como gozo (Freud); que Rowe puntual y atentamente absolvió.
Tomado de: http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2010/04/16/cesar-vallejo-el-acto-y-la-palabra-por-william-rowe/
miércoles, 11 de mayo de 2016
martes, 10 de mayo de 2016
MERCEDES CABELLO DE CARBONERA. Una mujer en el otro margen. Carlos Cornejo Quesada. Museo Contisuyo-Moquegua
Por Winston Orrillo:
....Cornejo, además, ha insistido, en su atinada antología de escritos de MC de C., en aquellos que expresaran la búsqueda de una nueva literatura –nada menos que la del naturalismo- que le servirá para la denuncia denodada, implacable, de la corrupción y demás lacras sociales que, muchas veces, se pasaban de largo, muy bien disimuladas, en las engañifas del romanticismo, imperante cuando ella advino al mundo de las letras nacionales.
Por ello –y dejamos la curiosidad al perspicuo lector- muchos figurones del parnaso y la panoplia “cultural” de su época, fueron desmitificados por nuestra autora, lo que, obviamente, le ganó odios eternos y animadversiones que, lamentablemente, triunfaron, pues la autora acabó sus días en el manicomio, justo galardón a quien se “diagnosticara”, con arterías y otras añagazas, demencia (al Quijote le dijeron lo mismo, ¿verdad?) por sus encendidas críticas y desmitificaciones de numerosos miembros de la elite cultural, política y social que medraba en aquel entonces.
En resumen, los textos que el lector tiene, aquí, a su alcance, en el libro de Carlos Cornejo Quesada, fueron publicados originalmente en revistas y periódicos, entre 1874 y 1898, y reproducidos algunos, pero la mayoría, en realidad, de circulación restringida
Tomado de: http://www.redaccionpopular.com/articulo/carlos-cornejo-quesada-y-mercedes-cabello-de-carbonera
VIOLENCIA FAMILIAR. Discursos, miradas, respuestas. Beatriz Oblitas Béjar (Autora y compiladora)
"Violencia contra la mujer en la pareja
La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo, dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3%.
La mayoría de las víctimas oculta que existan esos problemas por temor a ser juzgados en la sociedad. La indecisión es una de las causas para no admitir la situación así como el estereotipo dominante de la feminidad en Occidente, donde no se considera como atributo de las mujeres el ejercicio de la violencia activa.
También entra el aspecto de la educación y del entorno social que se vive desde niños, a un hombre que es maltratado psíquica o físicamente por su pareja, se le atribuye que es un hombre "débil", o es agredido por sus amigos o compañeros de trabajo y es precisamente por esto que no está dispuesto a denunciar y mucho menos a buscar ayuda.
Unas de las consecuencias de la violencia doméstica es la depresión. Las mujeres que sufren violencia doméstica corren un mayor riesgo de estrés y trastorno de ansiedad, en particular los trastornos resultantes del estrés postraumático. El intento de suicidio y depresión se conectan estrechamente la violencia en pareja. La violencia contra la mujer impide que participen plenamente en sus comunidades en los planos económicos y sociales. Las mujeres en violencia tienen menos probabilidades de tener empleo.
En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las discusiones, incluso discusiones fuertes, pueden formar parte de la relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato no es un concepto relacionado con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: Por definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas (agresiones verbales o físicas), es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».
En la pareja, el maltrato contra la mujer tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que persiguen instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes.
Los hombres que maltratan a su pareja son motivados por una necesidad de dominar y controlar a su pareja. En una revisión de múltiplos trabajos los principales resultantes indican que los agresores suelen presentar con frecuencia alteraciones psicológicas como falta de control sobre ira, dificultades en la expresión de emociones, déficits de habilidades de comunicación y de solución de problema y baja autoestima.“Existen diferentes tipos de hombres violentos -agresores limitados al ámbito familiar, agresores con características borderline/disfóricas y agresores violentos en general/antisociales- que requieren programas de tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas”.
Los rasgos más visibles del maltrato son los golpes y los asesinatos, los cuales trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de baja intensidad, los maltratos psíquicos que, mantenidos en el tiempo, socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan. Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a exacerbarse.
Es por esto que, en la búsqueda de prevenir la violencia, se trata de dar herramientas a los adolescentes para identificar los rasgos típicos de las personas violentas y ser conscientes de esa violencia de baja intensidad que comienza generalmente antes del matrimonio, durante el noviazgo. Así nace el concepto de violencia en el noviazgo.
Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales. Los agresores sufrirían una serie de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer y a esta, en su fragilidad, a recibirlos. Esta sería una visión del problema tranquilizadora que no pondría en cuestión el modelo patriarcal.
El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas propias de ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una grave perturbación. Este enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente», al que, después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista, la violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene la subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva de un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el estatus de sujeto dominado.Maryse Jaspard.
Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son la de decenas o cientos de mujeres muertas cada año, en diferentes países, a manos de sus parejas o ex-parejas. Y en muchos casos, esta violencia a manos de sus parejas o ex-parejas contra la mujer quien es madre además del estrés posttraumatico que puede seguir produzcan efectos muy negativos para el desarrollo psicológico de los niños en el hogar.
Las consecuencias de estos (y de cualquier otro tipo de maltrato) son que la autoestima de la persona disminuye y afecta el desarrollo emocional. En la mayoría de los casos, la persona puede buscar una solución en las drogas y el alcohol, incluso, en delincuencia. Además, si no existe un avance o solución previa en la persona suele repetir este patrón de maltrato, cayendo en un círculo vicioso. La baja autoestima se manifiesta en todas las personas que sufren de algún tipo de maltrato y se refleja mucho en el ámbito escolar o laboral; la persona tiene problemas de identidad y mucha dificultad en cuanto al manejo de la agresividad, se le dificulta construir relaciones afectivas debido a la desconfianza hacia las demás personas."
Tomado de: http://barbaramartnez.blogspot.pe/2012/06/violencia-contra-la-mujer-en-la-pareja_10.html
lunes, 9 de mayo de 2016
sábado, 7 de mayo de 2016
viernes, 6 de mayo de 2016
REPARTOS Y REBELIONES. Jurgen Golte. IEP
Jürgen Golte y pensar la vida en función a crear conocimiento
Cuatro décadas y media después de su llegada al país, Jürgen Golte es reconocido como uno de los antropólogos que más ha contribuido al desarrollo de su especialidad en el Perú. Conversar con él es un placer porque en cada respuesta permite abrir horizontes y reflexionar sobre temas que escapan a la coyuntura.
Hace poco publicó junto a Doris León el libro “Alasitas: Discursos, prácticas y símbolos de un ‘liberalismo aymara altiplánico’ entre la población de origen migrante en Lima” (Instituto de Estudios Peruanos – Centro Bartolomé de las Casas, 2015), una investigación que recoge las prácticas de acumulación de riqueza efectuadas por los migrantes altiplánicos en Lima.
-Usted lleva 45 años en este país. Quisiera remontarme al inicio. ¿Por qué decidió venir y quedarse en Perú?
Es una larga y complicada historia. Crecí en una familia en la cual no había una preocupación mayor por el dinero sino por el conocimiento. Desde muy pequeño, mis hermanos y yo crecimos con libros. Pensamos nuestra vida en función de crear conocimiento. En segundo lugar, mis padres querían que estudie matemáticas. Lo hice pero me pareció algo aburrido. Luego fui a clases de Antropología y el profesor que tenía allí había hecho muchas investigaciones en Perú y Bolivia. Ahí empezó una relación (con este país). Además, debo decir que en Alemania hay una admiración por los países de altas montañas.
-¿Cómo cuales?
Nepal, Tibet, Etiopía, Perú, Bolivia, etc. Eso se puede ver en el número de turistas que se van y además en las investigaciones. Asimismo, hay mucha más ayuda a las investigaciones para Perú que para Uruguay o Paraguay. Y esto tiene que ver con una idea antigua sobre la persona. Allá se piensa que la persona crece como tal en su relación con la naturaleza. Esto a diferencia de Francia, donde se piensa que la persona crece en relación a la sociedad urbana. Y entonces, lo máximo de una persona es enfrentarse a la naturaleza (no muy domesticada). Así es como las montañas y los Alpes son algo así como un espacio donde la gente logra ser una persona avanzada.
-Quizás ocurre lo inverso aquí en Perú, ¿no? Se busca alejarse de las cosas propias de nuestro territorio.
Así es. Esto es importante. Yo recuerdo que cuando llegué a Perú rápidamente me percaté que las cosas eran diferentes. Para mí era normal que uno conozca las plantas, los animales y los pajaritos del ambiente donde vivía. Pero llegué acá y preguntaba el nombre de los árboles y nadie sabía. En Lima, especialmente, hay una especie de desconocimiento voluntario. No se quiere porque se piensa que eso corresponde a gente socialmente inferior. O quizás saben pero se hacen los que no.
-Cuando recibió el Honoris Causa en San Marcos mencionó a varios de sus profesores en dicha universidad: John Murra, José Matos Mar, Luis E. Valcárcel, José María Arguedas y más. ¿Será posible que alguna vez vuelva a haber una generación de maestros tan brillante como esa?
De hecho, esta fue una generación muy especial y también una época muy especial para la universidad pública. Porque era una universidad pública bien financiada, primero con un alumnado relativamente chico y, por ejemplo, mirábamos por encima a los de la Universidad Católica. Pensábamos “pobre gente que tiene que pagar para que les enseñen”. Nuestra percepción era distinta. Hoy es al revés. Pero si uno se fija bien, ¿de dónde vienen los maestros de la Católica? De San Marcos. Eso es comprensible. Allí hay una selección de tres mil entre cincuenta mil. Eso sí es una selección, mientras que en las universidades privadas se pelea por ver qué alumno tiene más plata.
-La relación entre situación económica y educación. Muchos afirman que la educación te da otro estatus frente a la sociedad.
Tiene que ver con que el grado de exclusión étnica en Lima ha ido en aumento. Antes no había algo como Asia (playa) donde un grupo de mestizos y criollos se quieren encerrar para que no los molesten. En la Antropología se dice que este tipo de prejuicios aumenta conforme las personas que los tienen están más en peligro de perder su estatus económico.
-Por eso se agrupan…
Y se defienden y desarrollan una teoría sobre su superioridad.
-Pero si las clases medias o bajas pudieran crear sus clubes y ‘encerrarse’ también lo harían, ¿no?
Sí, solo que hay que ver el tema de la selección. En todas las sociedades humanas se piensa que el 20% de la población es apta para ir a la universidad, crear, etc. Entonces, si uno no tiene ese sistema de selección adecuado, simplemente tendrás alumnos que no logran aprender bien. Es un tema serio. Pienso que vivimos en una época con dicho problema. Todo el dinero está por la Universidad Católica porque tienen el dinero de sus alumnos y de Plaza San Miguel mientras San Marcos están más mal que bien. Eso es lamentable.
-Usted ha enseñado en San Marcos y es probable que no lo haya hecho por el dinero que le pagarían.
En los últimos años dicté clases ahí y no por el dinero sino porque me lo pidieron pues era uno de los pocos alumnos antiguos con todos los títulos necesarios para enseñar en cualquier nivel. Ahí decidí hacerlo porque me importa que se desarrolle más el conocimiento. Eso vale más que el dinero, que es algo que sube y baja. Un país depende de su capacidad de crear nuevas cosas.
-Muchos hablan de que vivimos en un país minero y que a su vez esto es un gran problema que nos impide desarrollar otras actividades. ¿Hacia dónde debe ir el Perú en los próximos años?
Si bien está bajando la tasa de natalidad en el Perú, sigue creciendo bastante la población y, además, la parte que cada vez tiene más edad como para trabajar menos (adultos mayores) aumenta. El Perú no está preparado para esto. No hay un sistema de seguridad social adecuado. Si yo dependiera de mi pensión en San Marcos, me moriría de hambre. Por eso el Perú tiene que cambiar. Todo en la política en los últimos años ha sido desarrollar un discurso para atraer capital foráneo que genere riqueza mediante el uso del subsuelo y el Estado pueda cobrar rentas. Hoy se ve que el precio del cobre baja y eso significa menos ingresos y por ende menos PBI. Pienso que si veo el crecimiento de los supermercados y de losmalls en Lima, la verdad no entiendo de dónde viene ese dinero.
-Es un tema del cual no se habla mucho.
Así es, el único producto realmente competitivo en el Perú es la cocanía. No deja de venderse. Todos los años se dice que se erradican miles de hectáreas pero yo veo los precios internacionales y no hay variación. Si se estuviera erradicando, los precios deberían subir. Ocurre todo lo contrario.
-Usted presentó un estudio denominado ‘Polifacéticos: jóvenes limeños del siglo XXI’. En la presentación usted fue enfático en decir que los jóvenes eran ‘el futuro del Perú’. Estas palabras usted las dijo hace tres o cuatro años. ¿Piensa lo mismo hoy?
Los jóvenes de por sí, si no tienen cierto empuje, tanto de sus familias como de la sociedad en general, no necesariamente se dedican a cosas que crean futuro. He ahí el problema. El empuje de los jóvenes es ganar rápidamente dinero.
-Claro, tener un Smartphone, comprarse un automóvil…
Yo nunca me he quejado de la universidad porque siempre tuve trabajo. Pero, en realidad, el estudiar en la universidad, quedarse allí, pasar de la licenciatura a la maestría y de ahí al doctorado es un tiempo en el cual se gana muy poco. Ahí el joven debe tener una vocación que le hace vivir 15 años sin muchos ingresos. Eso es una cuestión de valor. Pasó conmigo y con mis hermanos. Había una especie de ideal de la persona desarrollando conocimiento. Si tu ideal es ganar mucho dinero, es complicado que te mantengas en la universidad.
-¿Qué nos falta?
Si el Perú no desarrolla formas de producción nuevas y que salgan de la cabeza de los peruanos, será muy difícil que se viva bien dentro de unos veinte años. No creo que para entonces haya mucha materia prima y, además, hasta el momento el desarrollo de producción o industrial es lamentable.
-En un ensayo publicado por usted (‘Entre la diversión y la protesta mediatizada’) se comparó los flashmobs que se realizan en Lima y las grandes manifestaciones en los países árabes. Hay una parte muy interesante del texto que remarca que nuestras manifestaciones están muy fragmentadas y por ello cuando uno marcha a veces lo insultan o le tiran huevos. ¿Por qué?
Eso tiene una explicación en la jerarquía social. Desgraciadamente el Perú tiene una jerarquía social en la que el grupo que está un poquito más alto excluye al que está un poco más abajo y así ese grupo también excluye al que le sigue. Entonces, de arriba para abajo hay un sistema de exclusión. Eso es un freno para convocar a mucha gente, para desarrollar una vocación política mancomunada entre todos. De alguna manera la población debería estar convencida de que “necesitamos esto”. Pero esto es un albur. Siempre se habla de buscar el ‘mal menor’ y jamás de cuál es el mejor.
[Las alasitas en forma de casas. Miniaturas vendidas en Puno. (Foto: El Comercio)]
-Ya sobre el libro. Busqué muchos significados sobre la palabra ‘Alasita’. Lo que me quedó es que es una miniatura que representa diversas cosas. O una casita, o un carrito, no sé. ¿Cuál es el origen de las alasitas?
En última instancia, para irme muy al pasado, se origina en la idea de que el mundo prehispánico es bipartito. Hay un mundo superior que es masculino y uno inferior que es femenino. Y para que crezcan las plantas, los animales y todo esto se debe juntar el mundo de arriba (masculino) con el de abajo (femenino). Esto empieza más o menos en el equinoccio de setiembre. Entonces, al juntar ambos mundos, en esa superficie de contacto es que crecen las cosas. Esa es la idea más al fondo (sobre el origen de las alasitas). Esto quedó bastante consciente entre los pastores del altiplano. Hay que decir, en el momento de la conquista, el altiplano tenía a las personas más ricas de los andes. Y hay que ver cómo están ahora. De hecho que ellos eran expertos en enriquecerse. Y esto, si bien fueron supeditados y todo lo demás, la capacidad de hacer negocio permanece.
-Otro detalle del libro es que las personas que adquieren las alasitas no están tan cerca de la ideología de izquierda, sino quizás todo lo contrario. Ejercen una suerte de ‘capitalismo’.
Claro, por eso lo hemos llamado ‘liberalismo aymara’. Así como los protestantes, los calvinistas o los luteranos en Europa crecen junto con el desarrollo del capitalismo, crece un pensamiento diferente al de los católicos romanos. Max Webber escribió sobre el protestantismo como ideología del capitalismo industrial que crecía. Por eso es que cuando vimos cómo se expandía el pensamiento referente a las alasitas no solo entre la gente del altiplano sino cada vez más en otras partes, dijimos que eso era parecido al protestantismo.
-El trabajo fue realizado conjuntamente con Doris León. No es la primera vez que trabaja con ella y la verdad es que han logrado muy buenas publicaciones.
Así es. Yo conocía bien la historia europea, el surgimiento del industrialismo en Europa y ella, sin duda alguna, tiene más llegada con la gente andina, esté donde esté. Cuando hicimos el trabajo nos entendimos muy bien. Había como que dos pensamientos de orígenes muy diversos pero que en este asunto en torno al desarrollo de un pensamiento dirigido a la creación de riqueza, las dos vertientes se encontraban. Eso fue fundamental para el estudio. Por eso en el trabajo de campo ella se entusiasmó mucho. Se volvió casi altiplánica porque le gustó el pensamiento de la gente.
-En el libro está también el caso de los migrantes provincianos en Lima. A veces concurren a estas ‘ferias de los deseos’ a comprar sus alasitas. Pero esta miniatura no se ve en Lima de la misma forma en cómo se veía en su ciudad de origen. Acá quizás es más visto como un adorno o algo curioso. Hábleme sobre ese ‘choque de creencias’ que sufren estas personas.
La gente de los Andes es muy perspicaz y lo primero que hacen es ‘tasar’ a la persona con la que están hablando y de acuerdo a lo que esta piensa le dan una respuesta que no necesariamente es la que ellos esperaban. Recuerdo una anécdota con Juan Ossio. Se fue a la montaña y buscó a un curandero. Le dijo que tenía muchas molestias y le preguntó qué le recomienda. “En ese caso, le recomendaría que compre un antibiótico”, le respondió el curandero (risas). Por eso cuando se habla con la gente hay que ver muy bien sus respuestas y además saber qué hacen.
-Ustedes también describen las características de una peregrinación al Cerro San Cristóbal en Semana Santa.
Irse al Cerro San Cristóbal un viernes santo, donde se supone que se hace una procesión cristiana. De hecho la hay pero casi todo el camino hay venta de alasitas. Y arriba están con sus alasitas pero no miran la cruz. Dicen ser católicos pero por lo bajo tienen otro conocimiento. Es como si hubiera una izquierda voluntarista que quiere ver que los pobres o los andinos son potencialmente de izquierda.
-Muchas de las personas que compran una alasita lo hacen con la expectativa de tener algo en el futuro. Hay siempre este deseo de algo real a cambio.
Claro, y ese es un tema que siempre me ha llamado la atención. Por eso siempre pregunté si funciona o no. Nunca encontré alguien que me responda negativamente. Todos decían que con fe o trabajo sí funcionaba. Esto era más fuerte en el altiplano, claro.
-¿En qué ayuda tener un objeto así?
Tener dicho objete parece que les hace re orientar sus actividades. Uno sale a trabajar muy temprano y quizás si no hubiera visto la alasita por la mañana vería normal irse a tomar con sus amigos unas cervezas. Pero viendo la alasita en su cabeza recuerda que debe ahorrar para comprarse algo. Entonces, se re orienta el pensamiento hacia un fin específico.
-¿Por qué consideró valioso iniciar una investigación sobre las alasitas?
Primero, hay que ver que existen muchos estudiantes que no entienden bien ni a los campesinos ni a los migrantes. Por lo general, todos los que se creen de izquierda piensan que los campesinos también lo son y en realidad se ve que estos — y los migrantes — tienen su liberalismo propio, que no es el neo liberalismo, sino más bien un estilo como el de los que construyeron las fábricas en el siglo XIX en Europa. Desgraciadamente, en los estudiantes hay una confusión. Se cree que porque alguien es pobre está aliado a la izquierda. Eso es incorrecto. Tan fácil no es. Cuando uno es pobre, no necesariamente uno desea vivir en la pobreza o luchas por un socialismo. Uno quiere trabajar y pensar para vivir bien. Ese es el deseo.
-¿Hay un tema de ideología aquí?
Las alasitas son algo nuevo. No en cuento a lo que pasa en el altiplano, pero sí en cuanto a que es una suerte de ideología que junta cada vez más a los migrantes en la ciudad. Es algo así como la formación de una ideología compartida entre los pobres de la ciudad. Y posiblemente en unos diez o quince años, esto tendrá consecuencias políticas. Ya no se elegirá a cualquiera, al ‘mal menor’, sino que se organizarán para que funcionen sus proyectos de acuerdo a cómo ellos piensan que debería hacerse las cosas. Este tipo de libros no se difunde solo entre quienes leen todo el libro, sino que también hay una difusión más grande del conocimiento. Eso me parece bien y mejor aún si la Universidad Altiplánica de Juliaca participó de la edición porque esto le da un sello tipo “nosotros estamos de acuerdo con lo que ahí se ha escrito”.
Tomado de: http://elcomercio.pe/blog/librosami/2015/01/jurgen-golte-y-pensar-la-vida-en-funcion-a-crear-conocimientos
TODO NOS UNE, NADA NOS DIVIDE. Carlos Iván Degregori. IEP
"Los noventa artículos aquí reunidos, escritos entre 1980 y 1992, exponen las reflexiones de Carlos Iván Degregori sobre la izquierda peruana en las últimas décadas del siglo XX. Desde sus columnas en diarios, asícomo en revistas icónicas como Zorro de Abajo, de la que fue su director, el autor revisa el desarrollo de una propuesta democrática de filo socialista que a partir de una reflexión propia pudiera hacer frente al embate de la nueva ola liberal y del conflicto armado interno que afrontó el Perú a fines del siglo pasado. Así, hay asuntos muy actuales tanto en el debate político como en el organizaciónal." Tomado de: http://distritofederal.locanto.com.mx/ID_666258081/Libros-Todo-nos-une-Nada-nos-divide-La-izquierda-y-la.html |
VIDA CONTINUA. Javier Sologuren. Academia Peruana de la Lengua
Javier Sologuren en su vida continua (1921-2004)
Julio 2004 | Tags:
La reciente muerte de Javier Sologuren se suma a la de otros poetas peruanos —Washington Delgado y Francisco Bendezú, entre ellos— que ha diezmado últimamente a la llamada "Generación del 50", importante grupo que representó un cambio sustantivo en nuestra literatura del siglo XX, y que ha seguido activa aun en los primeros años del nuevo. Con su desaparición no sólo perdemos a un notable poeta, sino a un traductor, crítico, antólogo y editor de poesía, cuya intensa labor en todos esos campos significa una gran contribución a la poesía en nuestra lengua. Pero además —y sobre todo— perdemos a un hombre de bondad y generosidad proverbiales, por completo ajeno a las rencillas, envidias y vanidades que tanto afean la vida intelectual. Lo conocí personalmente y lo frecuenté en los años sesenta y setenta; nunca lo escuché hablar mal de nadie, ni siquiera en tono de broma o como maliciosa travesura. Por eso era imposible no quererlo en su modestia y suprema sencillez.
Con paciente devoción y durante casi dos décadas, desde su casa en las afueras de Lima, imprimió, a mano, en una pequeña "minerva", decenas, quizá cientos, de cuidados libros y plaquettes de poetas peruanos de su generación y de otras épocas, así como obras escritas en diversas lenguas, incluso las orientales. Bajo el nombre "La Rama Florida", que se hizo famoso entre los lectores de poesía, formó una espléndida colección en la que figuran grandes nombres al lado de desconocidos y marginales, que él seleccionaba con gran rigor y sensibilidad, y que constituye una verdadera biblioteca de la lírica de todos los tiempos.
Esas virtudes —rigor y sensibilidad— son visibles en su obra creadora y crítica. Hay poetas que pasan por diversas fases y sufren transiciones muy marcadas en su evolución; otros parecen seguir un constante ideal que básicamente no cambia a lo largo de los años. Sologuren pertenece a esta segunda categoría: su voz es esencialmente la misma casi desde el comienzo, y todo lo que hizo fue refinarla, pulirla, perfeccionarla sin descanso. Aunque en sus primeros libros hay imágenes y formas que muestran cierto influjo de la vanguardia, esa voz es siempre idéntica a sí misma. Desde sus inicios, supo medir bien su fuerza poética y presentir a dónde iba, evitando los excesos y caídas típicos del poeta joven; es como si hubiese aprendido su oficio antes de comenzarlo. Su tono predominante es reflexivo, sereno, sabio y melancólico: el de un creador que indaga los misterios del mundo sabiendo que son inalcanzables; lo importante es no renunciar a esa búsqueda y tener constancia en el ejercicio de la poesía y tener fe en el poder de la palabra. Léanse estos versos para apreciar el modo como Sologuren procesaba y transfiguraba el mundo real en parte de su intimidad:
Está la niebla baja, el mar cercano,
blancas aves se anuncian.
El tiempo teje una vez más la tela
del engaño.
Todo invita al descenso y a la ofrenda:
el bosque crepitante, la resaca
y el dulce, el hechizado
crepúsculo de hojas que se enciende
entre mi corazón y el tuyo.
("Paisaje")
El título de Vida continua (su primera aparición es de 1966), bajo el que recogió lo esencial de su obra, es exacto y revelador. Ese libro es el centro de toda su producción; fue reeditado muchas veces y continuamente ampliado y revisado, como hizo Jorge Guillén —poeta que él admiraba— con su Cántico. Su lúcida y apasionada entrega al quehacer poético se convirtió en una forma de vida interior —una vida con sentido— que casi reemplaza u oscurece a la otra. El autor ha dicho: "Mi poesía se ha ido produciendo en círculos concéntricos, a modo de impulsiones que se explayan del centro cordial a la periferia..." En su esfuerzo creador hay una sutil conjunción del legado de los clásicos antiguos y modernos, el gran romanticismo, la poesía nórdica (vivió, enseñó y se casó en Suecia), el simbolismo europeo y otros movimientos fundamentales de la lírica contemporánea.
En un texto justamente titulado "Poesía", Sologuren definió la razón de su oficio: "Pero qué cerca estás de mi sangre, / y sólo creo en el dolor de haberte visto." Bien puede decirse que vivió en un estado de gracia poético, y que sólo la terrible enfermedad que le robó la memoria de sí mismo pudo cegar esa radiante visión. -
Con paciente devoción y durante casi dos décadas, desde su casa en las afueras de Lima, imprimió, a mano, en una pequeña "minerva", decenas, quizá cientos, de cuidados libros y plaquettes de poetas peruanos de su generación y de otras épocas, así como obras escritas en diversas lenguas, incluso las orientales. Bajo el nombre "La Rama Florida", que se hizo famoso entre los lectores de poesía, formó una espléndida colección en la que figuran grandes nombres al lado de desconocidos y marginales, que él seleccionaba con gran rigor y sensibilidad, y que constituye una verdadera biblioteca de la lírica de todos los tiempos.
Esas virtudes —rigor y sensibilidad— son visibles en su obra creadora y crítica. Hay poetas que pasan por diversas fases y sufren transiciones muy marcadas en su evolución; otros parecen seguir un constante ideal que básicamente no cambia a lo largo de los años. Sologuren pertenece a esta segunda categoría: su voz es esencialmente la misma casi desde el comienzo, y todo lo que hizo fue refinarla, pulirla, perfeccionarla sin descanso. Aunque en sus primeros libros hay imágenes y formas que muestran cierto influjo de la vanguardia, esa voz es siempre idéntica a sí misma. Desde sus inicios, supo medir bien su fuerza poética y presentir a dónde iba, evitando los excesos y caídas típicos del poeta joven; es como si hubiese aprendido su oficio antes de comenzarlo. Su tono predominante es reflexivo, sereno, sabio y melancólico: el de un creador que indaga los misterios del mundo sabiendo que son inalcanzables; lo importante es no renunciar a esa búsqueda y tener constancia en el ejercicio de la poesía y tener fe en el poder de la palabra. Léanse estos versos para apreciar el modo como Sologuren procesaba y transfiguraba el mundo real en parte de su intimidad:
Está la niebla baja, el mar cercano,
blancas aves se anuncian.
El tiempo teje una vez más la tela
del engaño.
Todo invita al descenso y a la ofrenda:
el bosque crepitante, la resaca
y el dulce, el hechizado
crepúsculo de hojas que se enciende
entre mi corazón y el tuyo.
("Paisaje")
El título de Vida continua (su primera aparición es de 1966), bajo el que recogió lo esencial de su obra, es exacto y revelador. Ese libro es el centro de toda su producción; fue reeditado muchas veces y continuamente ampliado y revisado, como hizo Jorge Guillén —poeta que él admiraba— con su Cántico. Su lúcida y apasionada entrega al quehacer poético se convirtió en una forma de vida interior —una vida con sentido— que casi reemplaza u oscurece a la otra. El autor ha dicho: "Mi poesía se ha ido produciendo en círculos concéntricos, a modo de impulsiones que se explayan del centro cordial a la periferia..." En su esfuerzo creador hay una sutil conjunción del legado de los clásicos antiguos y modernos, el gran romanticismo, la poesía nórdica (vivió, enseñó y se casó en Suecia), el simbolismo europeo y otros movimientos fundamentales de la lírica contemporánea.
En un texto justamente titulado "Poesía", Sologuren definió la razón de su oficio: "Pero qué cerca estás de mi sangre, / y sólo creo en el dolor de haberte visto." Bien puede decirse que vivió en un estado de gracia poético, y que sólo la terrible enfermedad que le robó la memoria de sí mismo pudo cegar esa radiante visión. -
Tomado de: http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/javier-sologuren-en-su-vida-continua-1921-2004
jueves, 5 de mayo de 2016
MARCO MARTOS. Homenaje
"Escritor y poeta, Marco Martos Carrera se doctoró en Letras, especialidad en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), donde actualmente es decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas y catedrático del Departamento de Literatura. Está considerado como uno de los principales representantes de la generación del 60 en la poesía peruana.
A lo largo de su carrera como docente en la UNMSM ha sido miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Superior de Investigaciones de la universidad, coordinador del Área de Humanidades y responsable de las revistas Escritura y Pensamiento, Tesis y Magistri et Doctores. Ha participado, como organizador y ponente, en numerosos congresos y simposios, y ha sido jurado en diversos certámenes de poesía, como el Premio Casa de las Américas.
Tiene una amplia producción bibliográfica, entre la que destacan títulos como Casa nuestra (1965), Al leve reino (1996), Sílabas de la música (2002), Vértigo (2012) y Biblioteca del mar (2013). Ha sido reconocido con premios como el Nacional de Fomento a la Cultura (sección Poesía, 1969) o el Premio La Casona 2009, otorgado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos."
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