lunes, 30 de junio de 2014
DALI DE GALA. Roberto Deschanes. 1962
"Todo lo que envuelve a Salvador Dalí es controvertido y polémico. Muchas de las personas que estuvieron a su alrededor también. Robert Descharnes (1926-2014), que colaboró como fotógrafo con el artista durante cuarenta años, muchos de los cuales fue su secretario y biógrafo, también ha disfrutado de esa etiqueta hasta el pasado sábado en que falleció a los 88 años en su domicilio del centro de Francia, en el departamento de Indre et Loire.
La muerte de Dalí en 1989 acabó con la intensa relación entre Descharnes y el matrimonio del pintor y su musa Gala, al que se mantuvo fiel hasta el último momento de los dos. No en vano Descharnes fue el que rescató de las llamas y trasladó a Dalí en 1984 al hospital tras el incendio que sufrió en el castillo de Pubol, que agravó más si cabe su delicado estado de salud. Este acto heroico pudo comportar que Dalí cediera en 1986 los derechos intelectuales y de comercialización de su obra a Demart Pro Arte, la empresa holandesa de Descharnes hasta 2004.
No cabe duda de que Dalí fue pionero en muchas cosas, en comprender el potencial de la propiedad intelectual también. El privilegio terminó, bruscamente, tras conocerse en 1989 que en su testamento, Dalí dejaba como heredero único al Estado que gestionaría los pingues beneficios de su obra. El Ministerio declaró extinguido el contrato con Demart en 1994, dando inicio a un enconado litigio entre Descharnes, el Gobierno y Fundación Gala-Salvador Dalí. Descharnes llevó a los tribunales a todo el que aseguraba que su contrato no era válido, convirtiéndose en la bestia negra de la fundación hasta que el contrato expiró en 2004.
Dalí y Descharnes se conocieron en 1950, en un barco que les traía de Estados Unidos. Sus imágenes —se conservan más de 60.000 negativos en la que está considerada la documentación más completa del artista catalán— se convirtieron en icónicas. Juntos colaboraron en proyectos como La aventura prodigiosa de la encajera y el rinoceronte, una película fruto del método paranoico-crítico que obsesionaba al pintor.
Estuvo con él y lo retrató en París, Nueva York y como no, en Cadaqués, fotografiando no al genio pendiente de la pose, sino a la persona que pintaba o trabajaba. Descharnes era para Dalí un amigo, no un “saludado”, como a él le gustaba calificar a muchas personas que le rodeaban.
El crítico de arte Daniel Giralt-Miracle, tras reconocer que Descharnes ha sido un personaje controvertido, le achaca grandes aciertos. Uno de ellos, realizar en 1971 un libro fundamental para comprender a otro genio. “La visión artística y religiosa de Gaudí fue un libro inteligentísimo que dio a conocer en Suiza y Francia a Gaudí”. Para el experto Descharnes fue un hombre “austero pero muy intuitivo para descubrir los filones del arte, también los económicos”.
Para él, su gran aportación fue dirigir un nuevo ciclo relacionado, sobre todo, “con poner orden en la casa de Dalí, que quedó reflejado en forma de libro”. Fue en 1988 con la publicación del gran Salvador Dalí, la obra pictórica que editó Taschen. “La primera gran aproximación a todo Dalí, hecha con rigor aunque luego se vieron algunas lagunas como observó Santos Torroella”, explica. Eso y las exposiciones que hizo por todo el mundo representaron, a su juicio, un salto que no se había conseguido hasta ese momento con Dalí. “El problema vino cuando quiso mantener su hegemonía tras comenzar la Fundación a trabajar, la única que ha acabado con el desbarajuste que ha rodeado la obra de Dalí”. Tomado de: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/18/actualidad/1392737703_631090.html
La muerte de Dalí en 1989 acabó con la intensa relación entre Descharnes y el matrimonio del pintor y su musa Gala, al que se mantuvo fiel hasta el último momento de los dos. No en vano Descharnes fue el que rescató de las llamas y trasladó a Dalí en 1984 al hospital tras el incendio que sufrió en el castillo de Pubol, que agravó más si cabe su delicado estado de salud. Este acto heroico pudo comportar que Dalí cediera en 1986 los derechos intelectuales y de comercialización de su obra a Demart Pro Arte, la empresa holandesa de Descharnes hasta 2004.
No cabe duda de que Dalí fue pionero en muchas cosas, en comprender el potencial de la propiedad intelectual también. El privilegio terminó, bruscamente, tras conocerse en 1989 que en su testamento, Dalí dejaba como heredero único al Estado que gestionaría los pingues beneficios de su obra. El Ministerio declaró extinguido el contrato con Demart en 1994, dando inicio a un enconado litigio entre Descharnes, el Gobierno y Fundación Gala-Salvador Dalí. Descharnes llevó a los tribunales a todo el que aseguraba que su contrato no era válido, convirtiéndose en la bestia negra de la fundación hasta que el contrato expiró en 2004.
Dalí y Descharnes se conocieron en 1950, en un barco que les traía de Estados Unidos. Sus imágenes —se conservan más de 60.000 negativos en la que está considerada la documentación más completa del artista catalán— se convirtieron en icónicas. Juntos colaboraron en proyectos como La aventura prodigiosa de la encajera y el rinoceronte, una película fruto del método paranoico-crítico que obsesionaba al pintor.
Estuvo con él y lo retrató en París, Nueva York y como no, en Cadaqués, fotografiando no al genio pendiente de la pose, sino a la persona que pintaba o trabajaba. Descharnes era para Dalí un amigo, no un “saludado”, como a él le gustaba calificar a muchas personas que le rodeaban.
El crítico de arte Daniel Giralt-Miracle, tras reconocer que Descharnes ha sido un personaje controvertido, le achaca grandes aciertos. Uno de ellos, realizar en 1971 un libro fundamental para comprender a otro genio. “La visión artística y religiosa de Gaudí fue un libro inteligentísimo que dio a conocer en Suiza y Francia a Gaudí”. Para el experto Descharnes fue un hombre “austero pero muy intuitivo para descubrir los filones del arte, también los económicos”.
Para él, su gran aportación fue dirigir un nuevo ciclo relacionado, sobre todo, “con poner orden en la casa de Dalí, que quedó reflejado en forma de libro”. Fue en 1988 con la publicación del gran Salvador Dalí, la obra pictórica que editó Taschen. “La primera gran aproximación a todo Dalí, hecha con rigor aunque luego se vieron algunas lagunas como observó Santos Torroella”, explica. Eso y las exposiciones que hizo por todo el mundo representaron, a su juicio, un salto que no se había conseguido hasta ese momento con Dalí. “El problema vino cuando quiso mantener su hegemonía tras comenzar la Fundación a trabajar, la única que ha acabado con el desbarajuste que ha rodeado la obra de Dalí”. Tomado de: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/18/actualidad/1392737703_631090.html
lunes, 23 de junio de 2014
lunes, 9 de junio de 2014
martes, 3 de junio de 2014
APRENDER E INSTRUIR EN LOS ANDES. Siglos XV-XVI. Enrique González Carré. Colección Pensamiento Educativo Peruano. Derrama Magisterial.
"En la primera parte se estudia las formas y procedimientos de los pueblos prehispánicos del Perú para tomar conocimiento de su ambiente natural y sus recursos y cómo crearon una cultura material e inmaterial. Hace énfasis en el modelo educativo del Imperio Incaico y en las formas de transmisión del conocimiento, la ciencia, la técnica y el arte a las nuevas generaciones. La segunda parte analiza la llegada de los jesuitas al Perú en 1569, tras sus experiencias en Antillas y Brasil. Joseph de Acosta, miembro de la Compañia de Jesús, arribó pocos años después e inauguró una propuesta pedagógica jesuita propia (colegios San Pablo, San Martín y Juli, amparando el sacerdocio de mestizos). Del Pino-Diaz analiza su biografía, propuestas y estudio comparativo (México y las indias orientales), y las huellas de su influencia temprana (Blas Valera, Garcilaso de la Vega, entre otros).
https://www.youtube.com/watch?v=2aVrIEQx9PE
Suscribirse a:
Entradas (Atom)